Resulta realmente aterrador ver como alguien puede ir acumulando rencor progresivamente hasta llegar a transformarlo en odio, en odio hacia sí mismo. Y resulta aún más aterrador ver como ese odio hacia sí mismo estalla y se transforma en odio hacia sus seres más próximos llegando así a unos niveles de autodestrucción masiva.
Realmente aterrador.
martes, 2 de marzo de 2010
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